Pues sí, algo se empieza a mover.
Se lleva moviendo desde hace tiempo en las calles, en las casas, en las redes
sociales y, ayer, por fin, vimos que también se empieza a mover en las urnas. Y
hoy, no sé vosotros, pero yo me he levantado oliendo un poco más a esperanza.
Ayer muchos ciudadanos (más de
los que se pensaba) hemos votado educación, sanidad, cultura, ciencia, derecho
a una vivienda, derecho a decidir qué hago con mi cuerpo y con mis
sentimientos, hemos votado castigo para los corruptos y fraudulentos, que los
ricos sean un poco menos ricos y los pobres menos pobres. Hemos votado cambio,
movimiento, renovación. Los que están bien comoditos en sus sillones de
acomodados, por supuesto, no quieren el cambio. Y ahora tienen miedo: dicen que
vienen los comunistas, los extremistas, los populistas. Señores acomodados: todo
ser humano tiene derechos y libertades, y, es más, no es justo que ustedes
estén tan a gustito a costa, en muchos casos, del sufrimiento de otros.
PP y PSOE siguen siendo los
grupos más votados, pero su descenso es más que notable. Por el contrario, IU y
UPyD aumentan y aparecen en escena y con gran fuerza grupos nuevos (Podemos, Ciudadanos).
Digan lo que digan, ni el PP ni el PSOE son ahora tan poderosos. Ayer muchos ciudadanos
(muchos más de los que se pensaba) hemos depositado nuestra confianza en otros,
y hemos empezado a romper así el tan podrido bipartidismo. Estos grupos,
emergentes en muchos casos, ahora tienen que demostrar que no es el poder el
que corrompe, y que van a seguir coherentes con los principios con los han
conseguido nuestro apoyo. De momento, nos han proporcionado alternativas y
esperanza.
Algo se empieza a mover… y ¡que
ya no pare!